lunes, 28 de noviembre de 2011

Colosal saqueo de dinero público

Colosal saqueo de dinero público

La quiebra de una empresa metropolitana de Valencia destapa el pillaje de cargos del PP

Los directivos cargaron a Emarsa todo tipo de extravagancias

Enrique Crespo, en un pleno del Ayuntamiento de Manises, donde es alcalde. / SANTIAGO CARREGUI
Bajo las anodinas siglas de Emarsa (Entidad Metropolitana de Aguas Residuales Sociedad Anónima) se esconde la historia de un colosal saqueo de dinero público. Emarsa, empresa instrumental creada por el Ayuntamiento de Valencia y otros 17 municipios cercanos, se dedicaba a depurar el caudal de las cloacas antes de liberarlo al mar, destinarlo al riego o a alimentar el parque natural de L’Albufera. Gestionaba la planta de Pinedo, la mayor de la Comunidad Valenciana y una de las más grandes de España. Y se financiaba con el canon de saneamiento que los vecinos de Valencia y su área metropolitana pagan con la factura del agua.
En julio de 2010, el PP, que controlaba la sociedad desde los años noventa, decidió liquidarla al encontrarse en situación de quiebra. La disolución reveló la existencia de un agujero de 17 millones de euros. La investigación judicial, que abarca el periodo de 2004 a 2010 y cuenta ya con 16 imputados por malversación, estafa continuada y delitos societarios, ha destapado que los gestores de Emarsa pagaron cantidades millonarias por servicios y suministros inexistentes. El fraude total podría superar los 30 millones. Mientras, los directivos disfrutaban a su costa de toda clase de extravagancias.

Corruptelas de Emarsa: detalles de un pillaje

El exgerente de la empresa, Esteban Cuesta. / JOSÉ JORDÁN
1. Gastos a costa de la sociedad pública. Los directivos cargaron a Emarsa decenas de miles de euros por la compra de joyas, bolsos de Loewe, bolígrafos Montblanc, accesorios de automóvil, décimos de lotería (mil euros al año), ipods, ropa, cestos de bebé, circuitos de spa, alquiler vehículos de lujo...
2. Viajes pagados. Dirigentes de la sociedad viajaron a París, Nueva York, Johannesburgo, Marrakech, Estocolmo, Andorra... En varios casos, los directivos se desplazaban con sus familias y Emarsa también pagaba los hoteles.
3. Comidas. Los directivos cargaron 300.000 euros en comidas a Emarsa entre 2005 y 2010. Sólo en 2009, ya en plena crisis, las facturas por comidas en marisquerías y restaurantes de alto nivel ascendieron a 92.443 euros.
4. Lodos (toneladas). Las empresas de tratamiento y transporte de lodos facturaron más toneladas de las que generaba la planta. Por este concepto, Emarsa pagó más de 20 millones de euros entre 2004 y 2010.
5. Camiones ultrarrápidos. Los camiones de transporte de lodo iban y volvían a la planta en tiempos imposibles. Supuestamente un camión salía de la planta de Valencia, llegaba a Requena (a 68 kilómetros), descargaba, volvía a la planta, cargaba y volvía a estar listo para partir en menos de 15 minutos.
6. Obras. Emarsa pagó 4,2 millones de euros a dos empresas que administraba la misma persona, tenía la sede en su casa y apenas tenía trabajadores. Las empresas facturaron, por ejemplo, por reparaciones en maquinaria que no existía o por pintar fachadas de edificios que, por sus características, no se podían pintar.
7. Partidas informáticas. Emarsa compró en menos de un año 164 teclados, 149 ratones o 141 licencias antivirus cuando solo tenía 32 puestos de trabajo informatizados. El proveedor, hermano de la empresaria que hacía las obras y reparaciones, que facturó 4,5 millones mediante dos empresas, actuaba a la vez como jefe de informática de Emarsa. En algunos casos firmaba en representación de la sociedad como recibido y conforme los suministros que él mismo vendía.
8. Violación de las normas de contratación. La mayor parte de los contratos investigados incumplían los principios de publicidad y concurrencia. El caso más sangrante es el del proveedor informático que admitió al juez que una de sus dos empresas facturó 1,8 millones a Emarsa sin contrato, “con un acuerdo verbal”.
9. Oídos sordos a los auditores. Las auditorías de la firma Mazars advirtieron seis años seguidos (2004-2010) sobre las irregularidades en las formas de contratación. El presidente de Emarsa, Enrique Crespo, hizo caso omiso y afirmó ante el consejo que no detectaban problemas importantes. Crespo también rechazó la propuesta de que para acordar contratos y disposición de fondos hiciera falta al menos la intervención de dos responsables con firma mancomunada.
10. Empleados que solo iban a cobrar. El exgerente Esteban Cuesta ha admitido al juez que contrató por indicación de Crespo a cuatro personas que solo iban por la planta a cobrar. Uno (Luis Botella) es el concejal de Urbanismo del PP de Moncada; otra (Marisol Giner) era la exportavoz del PP de Benetússer.
11. La Generalitat inyectó el triple de fondos. Durante el periodo investigado (2004-2010), el Gobierno valenciano casi triplicó los fondos destinados a Emarsa (de 6,4 millones de euros en 2004 a 18,4 millones en 2009), mientras la cantidad de agua depurada sólo aumentaba un 6,5%.
12. Ingresos en metálico. El gerente Esteban Cuesta ingresó en sus cuentas 251.000 euros en efectivo entre 2005 y 2009.
Compraban, con fondos de la sociedad, joyas, bolsos de Loewe, relojes, bolígrafos Montblanc, prendas de vestir en Armani, dispositivos electrónicos (ipods, libros electrónicos, ordenadores portátiles), accesorios de automóvil, mil euros de lotería cada año. Cargaban el alquiler de vehículos de lujo y circuitos de spa. Hacían viajes de placer con sus familias, a París, Nueva York, Johannesburgo y más destinos alojándose con gastos pagados en hoteles de cuatro y cinco estrellas. Se hospedaban en establecimientos de similar categoría, en la misma Comunidad Valenciana, acompañados de teóricas traductoras rumanas. Siempre por cuenta de Emarsa.
Fueron capaces de gastarse 92.443 euros en un año en asadores, marisquerías y restaurantes con estrellas michelín. Y aún así, en los 23.000 folios del sumario pueden encontrarse facturas de 7,5 euros de tabaco o de compras en el supermercado.
En un momento de las más de 50 horas que lleva declaradas ante el juez, el exgerente Esteban Cuesta contó cómo funcionaban las cosas. El entonces presidente de Emarsa y hoy todavía vicepresidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Manises con el PP, Enrique Crespo, también imputado, iba a su despacho, le entregaba unas facturas de Loewe y le daba la orden de acercarse al establecimiento a pagarlas. Entre compras, viajes y banquetes, los responsables de Emarsa se gastaron en seis años casi un millón de euros, según la abundante documentación de que dispone el juez Vicente Ríos.
El instructor cuenta con multitud de indicios de que el auténtico pillaje se produjo, sin embargo, mediante el pago de suministros y servicios falsos. Algunos, inverosímiles: Emarsa pagó, por ejemplo, por reparaciones en los digestores (tanques para depurar el agua) número cuatro, cinco y seis, cuando en la planta solo había dos. Y lo hizo a empresas administradas por tres hermanos, María Paz, Víctor Manuel y Sebastián García Martínez, este último a su vez jefe de departamento de la depuradora. Contrató cursos de formación por 188.000 euros, la mayoría por Internet y sin control de asistencia.
María Paz García Martínez. / MÓNICA TORRES
Adquirió teóricamente, en poco más de seis meses, 164 teclados; 149 ratones; 155 fuentes de alimentación; 141 licencias antivirus y 79 monitores, aunque en Emarsa solo había 32 puestos de trabajo informatizados. El proveedor, el propio Sebastián García Martínez, actuaba, de hecho, como director de informática en la planta y a veces firmaba en su nombre como recibido y conforme las partidas que él mismo vendía... Así hasta 35 empresas ahora investigadas que facturaron a Emarsa 40,3 millones de euros.
La sociedad estaba controlada por una asamblea metropolitana en la que el Ayuntamiento de Valencia tiene el 45% de los votos y el PP goza de amplia mayoría. Trabajar en Emarsa era una canonjía (nueve empleados ganaban más que el presidente del Gobierno) y la empresa fue llenándose de cargos de segunda y tercera fila del partido y de sus socios de Unión Valenciana. El propio Cuesta, a quien Rita Barberá nombró alcalde pedáneo, se mantuvo como dirigente local del PP de Valencia hasta pocos días antes del 20-N.
La sociedad costeó la compra de joyas, relojes y otros artículos de lujo
La seguridad de que nadie les controlaba llevó a los directivos a ser muy poco cuidadosos. Entre las facturas pagadas a las empresas investigadas algunas tienen por detrás “impreso nada menos que una previsión de tesorería” de la propia Emarsa, ha destacado el juez. Otras, de distintos proveedores sospechosos, están escritas al principio en letras negras, que cambian a mitad a color verde, naranja o rosa. Como si al taller de fabricación de falsas facturas se le hubiera acabado la tinta.

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Nos representan bien... o no? Un sistema blindado y anclado a la provincia favorece la estabilidad y castiga a los pequeños Una reforma no interesa al PP y Rubalcaba sugiere el modelo alemán

http://politica.elpais.com/politica/2011/11/02/actualidad/1320262642_130315.html


¿Por qué los partidos más beneficiados por el sistema electoral, PSOE y PP, iban a aceptar cambios en unas reglas del juego tan favorables para ellos? La reforma se planteó en el Congreso en la pasada legislatura, pero los dos grupos más importantes demostraron que no tenían intención de mejorar la proporción entre votos y escaños, como pidieron insistentemente los más perjudicados, Izquierda Unida (IU) y Unión Progreso y Democracia (UPyD).
El carpetazo se produjo pese a las sugerencias del Consejo de Estado, que apuntaba algunos cambios. “Está en juego el principio de igualdad, tanto desde la perspectiva de los electores (igualdad de sufragio del artículo 68.1 de la Constitución) como de los partidos políticos o candidatos que estos presentan (igualdad de oportunidades del artículo 23.2 de la Constitución)”, advertía el órgano presidido por el constitucionalista Francisco Rubio Llorente.
De modo que el 20-N, día de la undécima elección general tras el fin de la dictadura, se votará esencialmente con las mismas reglas que en la primera. Es decir, con un sistema ventajoso para los más votados, que ha fabricado hasta ahora cuatro mayorías absolutas de un solo partido, sin que ninguno hubiera alcanzado el 50% de los votos. Pero el responsable principal no es “un tal señor D´ Hondt”, señala Dieter Nohlen, autor de un estudio muy reconocido sobre sistemas electorales comparados.
Las culpas de la desproporcionalidad comienzan por el bajo número de diputados del Congreso, 350 (frente a 650 la Cámara de los Comunes, 577 la Asamblea Nacional francesa, 630 la cámara baja italiana, 349 la sueca...). Siguen por la exigencia de atribuir los escaños provincia a provincia, más la asignación de un mínimo de dos diputados por cada una de ellas, incluso en las más despobladas (excepto uno en Ceuta y otro en Melilla). Esto deja menos representantes para las densamente pobladas. Al final —solo al final—, la fórmula D´ Hondt ayuda otro poco en escaños a los partidos más votados.
¿Resultados? Madrid tiene un diputado por cada 173.762 habitantes, mientras Soria cuenta con uno por cada 46.796, según los cálculos realizados por el Consejo de Estado en 2009. Sobran comentarios.
A todo esto, la férrea conservación de candidaturas cerradas y bloqueadas resta poder al elector, que solo puede respaldar o no en bloque lo que haya decidido la dirección del partido de su preferencia. A nadie escapa que el sistema electoral español es hijo de la Transición; que sus autores pretendieron un bipartidismo de las dos corrientes centrales (derecha e izquierda moderadas), favoreciendo tanto la formación de gobiernos estables, como la integración de los nacionalistas en el sistema político de España; y que consiguieron sus objetivos. El bipartidismo nunca ha sido inferior al 80% del Congreso, y en la última legislatura alcanzó la marca del 92% de escaños en poder de las dos fuerzas más votadas. Nada extraño si en España rigiera un sistema electoral mayoritario, pero poco común en la parte de Europa que se atiene a la representación proporcional. Por ejemplo, en Alemania: los electores tienen dos votos para el Bundestag, con los que eligen a un candidato de su distrito y a una lista de partido; a la hora de distribuir los escaños se tiene en cuenta el resultado nacional obtenido por estos y no solo, como en España, el de cada provincia. Eso sí, no favorece la mayoría absoluta de un solo partido, incitando a la cultura de la coalición.

El PSOE sugiere un modelo electoral “a la alemana” y listas desbloqueadas

La novedad del 20 de noviembre es que se produce tras la aparición del Movimiento 15-M, que estalló al grito de “¡no nos representan!”. Eso sucedió cuando el Congreso acababa de introducir en la ley una nueva barrera de acceso, exigiendo un mínimo de avales a las candidaturas extraparlamentarias que pretenden concurrir a la elección. La aplicación de esa barrera ha liquidado múltiples listas para el 20-N, desde falangistas a ecologistas o de extrema izquierda, ahora enfangadas en recurrir a las juntas electorales y al Constitucional.
“Nosotros estamos siguiendo de cerca todo esto, pero sin simpatizar con nadie concreto”, precisa Lorenzo Higueras, del grupo de trabajo política a corto plazo surgido en la Acampada Sol. “Nuestro único objetivo es parar lo de los avales, que viene a ser como un golpe de Estado del bipartidismo”, señala. Hasta ese momento, el grupo de trabajo se centraba en protestar porque ciertas libertades políticas “están prohibidas” para la iniciativa popular. Entre ellas, la puesta en marcha de una reforma constitucional o de un referéndum, la revocación de cargo electo, la presentación de recurso de inconstitucionalidad, el “control popular de las acciones de guerra iniciadas por el Estado”, la participación directa en asambleas municipales, el “voto descalificatorio”... Una reforma electoral, por ejemplo, no se puede promover por iniciativa legislativa popular. (Detalles: www.checkthis.com/4up). El programa de IU es el que más guiños hace a estas ideas de los indignados.

El programa del PP no menciona el tajo de escaños indicado por sus dirigentes
El PP apunta en otra dirección. Durante la precampaña, Mariano Rajoy deslizó la idea de rebajar el número de diputados del Congreso. El portavoz de su partido, Esteban González-Pons, precisó el tajo que debería darse a la cámara: cincuenta diputados menos, dejándola en 300. Argumentó que sobran políticos, ahí y en otras instituciones. Si ese recorte se llevara a cabo manteniendo el mínimo de dos diputados por provincia, el efecto sería un sesgo todavía menos proporcional. Pero tales propuestas, deslizadas durante la precampaña, tampoco aparecen en el programa del PP.
La idea de constreñir el Congreso diverge del informe mencionado del Consejo de Estado, que sugería aumentarlo (el límite constitucional es de 400). Incluso con 350 hay fórmulas que aportarían mayor equidad. Un equipo de la Universidad de Granada, dirigido por el matemático Victoriano Ramírez, ha recalculado, para una cámara de 350, un procedimiento estudiado hace años para un Congreso de hasta 420, “que ahora no sería fácil por la crisis económica”, admite su autor. “Con este método, aplicado a las votaciones de 2008, los pequeños partidos estatales (IU, UPyD) habrían obtenido resultados más proporcionales, sin poner en peligro la gobernabilidad del más votado y sin ceder a los que pretenden echar a los nacionalistas”, explica Ramírez. Que también valora el hecho de que no habría tantos electores empujados al “voto útil”.

Voces del 15-M se indignan por la barrera de acceso a extraparlamentarios
En la propuesta de la Universidad granadina, la atribución de los escaños se hace en tres operaciones (véanse gráficos): es menos sencillo que el procedimiento actual, pero más proporcional. “Se parece al sistema alemán”, dice Ramírez.
Precisamente al “modelo alemán” alude someramente el programa del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien también propone votar en “listas electorales desbloqueadas” y con “presencia verdaderamente equilibrada entre hombres y mujeres en las listas electorales”.
Obviamente, los pequeños grupos políticos de ámbito estatal no dan por perdida la batalla de la proporcionalidad, de la que depende su propia existencia, teniendo en cuenta que el respaldo ciudadano a las minorías de ámbito estatal ha ido descendiendo: se repartieron 41 escaños en 1977, por solo tres en 2008. Y aunque por votos totales IU debería haber sido la “tercera fuerza” en la legislatura pasada, parlamentariamente quedó relegada en beneficio de grupos nacionalistas.

El sistema ayuda a grupos localmente bien implantados. Como los ‘abertzales’
Sucede que el sistema electoral “prima a los partidos con fuerte implantación localista sobre aquellos con una implantación más moderada, pero también más homogénea por todo el territorio nacional”, explican José Juan Toharia y José Pablo Ferrándiz, expertos de Metroscopia. La concentración de los nacionalistas en pocos distritos (provincias, a efectos de la elección del Congreso) les permite aprovechar bien sus votos para obtener diputados. Así lo han hecho CiU o el PNV, y probablemente será el caso de la izquierda abertzale el próximo día 20, si mantiene el nivel de voto esperado.
Las inquietudes del Movimiento 15-M, las alusiones del PSOE a una reforma electoral futura y los comentarios del PP confirman que el debate sobre las reglas de juego continúa tan abierto como inconcreto. Con lo cual los vientos no soplan a favor de la reforma electoral pendiente.